Premio de periodismo "Alfonso Bonilla Aragón"

Prólogo de Fernando Hernández.

I. Historias de Santiago de Cali: Ni tan vida, ni tan rosa - Mi alma se la dejo al diablo - Bolívar se va del paseo - Los ángeles van al cielo - Odisea de un desempleado - Bóxer, ilusiones de terror - Éxodo, pasión de un pueblo - Muere el cine tradicional - Que la suerte te acompañe - Sin rumbo y sin fortuna - Un niño que no tuvo mes - El puente está quebrado - La dama de Navarro - El libro que nunca leyó - "Corazón partí'o" - La octava...calle del pecado - La gripa llega con la lluvia - ¿Dónde están los juguetes? - Un ruego a "La Milagrosa" - Se vende la cultura - Los tambores de navidad - Un sueño al pie del río -- II. Historias en la cárcel: Mi vida por un secreto - A Dios le pido - Entrevista con un muerto -- III. Una entrevista inolvidable: Los sonidos del silencio -- IV. Cuatro crónicas inéditas: Doña Lucy vende la casa - Cáncer y vanidad - “Sisas parce” - "Aguante forever” -- V. Pereira, el “recio empuje de los titanes”: Vi pasar el santo sepulcro - Sangre de tu sangre - Grande y matecaña - La abuela eterna -- VI. Realidades y contradicciones: Elsa, analogía colombiana -- VII. Armenia, “El rojo de los capotes, es cual cafeto que maduró” - No más prensa, queremos comida - Había una vez un barrio - Las venas abiertas de Armenia - Armenia, aún espera el milagro - Lloré hasta llover - Santiago se fue sin despedirse.

“Historias de la ciudad” (I) nació con la gente y entre la gente. Cada persona tiene una historia enlazada en el vuelo constante de su propia existencia. Cada quien vive la epopeya de sobrevivir en medio de un país lacerado y castigado por los amos, atiborrados de poder. Cada quien se levanta, pero no sabe si se acuesta. Cada historia en cada ciudad tiene sus protagonistas. Ellos, los actores de un rol exacto que les encomienda el destino, son los intérpretes de estas crónicas periodísticas construidas en medio de la cotidianeidad. Nada más histórico y real que vivir, crecer y subsistir en países, como el nuestro, del denominado tercer mundo.
Acá, los nombres son ficticios, pero las historias son reales. También hay historias como algunas de Pereira y Armenia, donde los protagonistas y sus nombres son absolutamente reales. Todas estas historias, son vivencias de personas del común que tienen diferentes vertientes en el río de sus propias experiencias.